jeudi 4 août 2011

Random vs. Monotonía




La detesto, con todas mis fuerzas, la monotonía es mi enemiga.
En ocasiones es OK tener una plantilla de vida, un formato predeterminado, una guía, pero, ¿acaso no es más emocionante saltarse los pasos, realizar cosas que no estaban en la lista del día, ser espontáneo, así, tipo random?
Cuando un pana, Jouselt, me enseñó la palabra random (aleatorio), tuve un DarmeCuentaDe, es decir, esa es mi vida, tipo random, tipo que prefiero hacer lo que surja.
Voy a confesar que me gustan las cosas organizadas, planificadas, en un orden específico pero, quizá por mi característica de ser bipolar o por cualquier razón, prefiero mezclarlo y hacer cualquier cosa random.
Y es que es así, la monotonía es bastante dañina. De hecho estos días estaba en una Tertulia sobre Infidelidad y, justamente una de las razones que los participantes pensaban que llevaba a la infidelidad era la monotonía.
Esta entrada será muy corta porque hoy quiero romper el patrón de hacer entradas así, así que eso es todo.

Sistema Metro de Caracas





Estos días estaba leyendo un artículo de la bbc.co.uk que se titulaba El Metro de Caracas, de "gran solución" a "caos" y lo primero que me vino a la mente fue la voz única del hombre que daba los anuncios en el Metro de Caracas hace como una década. Era una voz de radio, totalmente limpia, excelente dicción, varonil. Y es que me voy una década atrás y me viene una
sensación de nostalgia, porque recuerdo que, como dice el artículo, era un oasis; adentro era una cultura totalmente di
ferente, donde se recomendaba (forma eufemística de prohibir ingerir alimentos y/o bebidas) no comer
o beber dentro de trenes, andenes o Metrobuses. También recuerdo que había una publicidad interna acerca de No Entrar con Grandes Bolsos; No Apoyarse de las Puertas de los Trenes; Ceder el Puesto; etc., pero lo interesante era que usaban a un personaje como de caricatura que interactuaba con usuar
ios caraqueños, era bien OK, y a mí, como usuario, me formó.

Veo que el Sistema Metro se esfuerza mucho, de verdad, pero no entiendo qué pasa, por qué ahora veo gente comiendo; tantos pedigüeños, o sea, ayer estaba en un vagón y habían DOS personas pidiendo, al mismo tiempo. Supongo que la gente diría: "ay lo siento, ya le di mi dinero al señor que pidió antes de usted, Sr. Pedigueño", y es que aparte de que son cada vez más, también son cada vez más creativos, porque se inventan cada cosa... Otros, por otro lado, se van a la Classic, dicen: "Hola, llegó la que pide, una ayuditaaaaa" Pero la cosa no termina ahí, porque hay quienes, de pedir en el Metro de CCS, han surgido al estrellato, porque la famosa Sindi (Sindientes) ha salido en programas de TV nacional como Super Sábado Sensacional, como una viejita rapera malandrosa sensacional, o sea, WOT??????


Por otro lado, apoyo a los artistas que se montan con su super arpa y cuatro a recornarle al usuario citadino cuál es la música de su país, la Llanera. Aunque confieso completamente que para nada es mi música favorita y NO encontrarán ni una pieza en mi lista de reproducción de música, cuando la escucho me gusta (95% de los casos), y es que me trae un sentimiento patriótico, jeje, por ello los apoyo cuando se montan a tocar y, por supuesto, les doy dinero, porque es aaaaaaaaarte, música de verdad, no un yonqui que con el dinero que le des irán por drogas.



El otro día vi lo que creí que era una gota descender del techo y, adivinen qué, era una gotera en pleno vagon OMG, o sea, una gotera, es que no lo podía creer, pero así está el sistema de aire aconcdicionado y, como no hay espacio para no colocarte bajo la goterita, pues te mojas irremediable
mente.



Yo me pregunto, ¿qué dificultad hay en seguir con las líneas amarillas que encuentras en el piso del anden para que cuando llegue el tren puedas ingresar de manera CIVILIZADA y sin que se coleen?, ¿por qué la gente se resiste a cumplir con una norma tan sencilla? Y es que he presenciado a usuarios defendien
do su derecho a transitar de manera ordenada y demandan a otros usuarios a que sigan dichas reglas pero... estos descarados a veces de niegan a cumplirlas y, aunque se les pida que hagan la cola se hacen los locos y, como tienen cara de criminales, y uno, por el contrario tiene cierta educación, no nos vamos a poner el plan "debate marginal", o sea, hay gente imposible, lo cual es triste y frustrante.




Han habido cambios, han creado nuevas líneas, han llegado a más lugares y ahora van a traer nuevo trenes para la línea 1, lo cual es plausible pero, en menester que los usuarios tomemos más conciencia, que cuidemos lo que es nuestro, de lo contrario, seguiremos viviendo en un tercermundismo perenne y irremediable.

David Guetta en la U.S.B., un intento Fallido-Exitoso


¿Qué nos impulsa a hacer algo? ¿Una sólida planificación; una estrategia cautivadora; una idea innovadora; una voz persuasiva; o simplemente es el momento, el lugar y la situación que lo propicia todo? ¿Qué nos sataniza como monótonos, y qué nos clasifica como espontáneos y dinámicos? Quizá todo o tal vez nada.
17 de noviembre de 2010 y el DJ número uno del mundo, David Guetta, se presentó en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar, en un concierto sin precedentes, o sea, Guetta Ya había perdido la oportunidad de verle junto a Tiësto en Zürich este verano, estuvieron tan sólo a 40 minutos de mí y fueron 110€ de entrada y 50€ de tren que me alejaron de dicha emoción pero, las oportunidades increíblemente tienen maneras mágicas de presentarse, y en esta oportunidad vino a mi universidad.
Aún en depresión inicial porque perdería el chance de verlo, siendo que esta vez no iría por no “ponerme las pilas”; en plena labor de limpieza casera vino a mí y BAM, no sé, de repente me di cuenta que, así como dice mi genio favorito, Albert, y parafraseándolo, no esperes que las cosas sean diferentes si no haces nada para lograrlo, tenía que hacer algo, ALGO, para no perdérmelo. Así que recordé que un pana, me contó cómo se había colado en el concierto de Green Day, así que pensé en quién le gustaría tanto Guetta como para acompañarme, y así fue como vino Hamilton, cuando por fin pude llamarle surgió este diálogo:

-Hola, Hamilton, cómo estás, soy Armstrong.
-Sí, lo sé, te escucho.
-¿Qué harás esta tarde?
-Um, nada, ¿por qué? –él pensó que le diría para darla clases de francés, pero nahh.
-OK, vamos al concierto de Guetta…
-(silencio extendido)… ¿pero cómo?
-Un pana se filtró la otra vez en el de Green Day, quizá lo podamos hacer o escucharlo desde afuera, a fin de cuentas, es música electrónica, se escuchará bien.
-¡Dale pues!

Y así comenzó la mega aventura. Es difícil ver el génesis de una experiencia que no olvidarás jamás.
Cuando por fin llegamos al Valle de Sartenejas, la atmósfera era diferente al que guarda el campus en su día-día; se podía sentir la emoción de la gente, las mejores ropas, casuales pero con estilo, modelos iban y venían, era el concierto de música electrónica de cierre de 2010, y todos lo sabíamos. Por un lado estaban los panas comprando franelas de “F*** ME, I’M FAMOUS”, otras que sólo decían “David Guetta”, otros compraban pulseras y collares que brillaban en la oscuridad y otros sólo se tripeaban el momento junto a sus colegas de la uni, por otro lado estaban los padres yéndose y prometiendo volver a las 2 de la madrugada para recoger a sus babies.
Todo estaba congestionado, porque recién estaba terminando un show de comedia de Emilio Lovera en Conjunto de Auditorios y habían más carros que en la Francisco Fajardo a las 5:00 p. m., Subway ya no tenía panes para ofrecer, y había más seguridad que cuando se celebró la cumbre de la OPEP en Caracas hace unos años, pero la gente la estaba pasando bien haciendo su cola y, el tema en cuestión era Guetta.
Por otro lado, estábamos Hamilton y yo, que luego de encontrarnos con unos panas, que también pretendían lo que nosotros, estábamos pensando en “el plan” para lograr nuestro cometido, el punto era que no teníamos ni idea de lo que vendría.
Unos proponían una ruta, otros decían que el éxito vendría por otra, pero lo cierto es que en esta ocasión la seguridad la habían duplicado y, los ‘caminos verdes*’ ya habían perdido verdor.
Armados de valor atravesamos El Cementerio como si fuéramos a llevar flores, tipo relajados y, así empezamos a subir la montaña, ya húmeda, en nuestro comienzo de ruta empezamos a toparnos con estudiantes que compartían nuestro ideal, solo que unos con mayor entonación en el “o sea, ¿sabes?” o otros con su vestuario alusivo a esnobismo, me daba cuenta que el mandibuleo y tu vestir no te priva de una aventura, romper las reglas y ver a tu artista favorito, ya esto me emocionaba.
Cada vez que encontrábamos a uno de estos grupitos nos preguntábamos ambos, “¿llegó la hora de decirle adiós a mi Black Berry, iPhone o NOKIA, o de saludar a otros panas unidos en nuestra causa?”, gracias a Dios siempre fue la segunda parte.
Todo empezó tipo suave, una trotadita para llegar más rápido a un punto B, pero el corazón se aceleró cuando vimos que al doblar, a unos 50 m estaba una tremenda camioneta con las puertas abiertas y, lo que supimos era guardias de seguridad, Dios, qué hacer, ¿abortar o continuar?, justo ahí estaba la disyuntiva. Bueno, luego de dos minutos de indecisión llegaron unos panas y entre todos tomamos fuerzas y fue cuando empezamos a sentir el frío de la grama de Sartenejas, creo que no era por la baja temperatura en sí, sino porque ya los sentidos empezaban a estar más sensibles, poco a poco, con mucha cautela y al mejor estilo de ‘Escuela Militar para Enseñarles Responsabilidad a un Grupo de Sifrinos’, nos arrastramos unos 50 m hasta llegar a la laguna que está en canchas, ahí se nos unieron otros panas, y ya éramos 14 estudiantes locos por sentir la adrenalina.
Mientras pensábamos cómo seguir, vimos unas linternas acercarse y cada quien tomó posición de huida, 6 de nosotros nos metimos intuitivamente en un tubo de drenaje 98% seco, sólo con un hilo de agua, el corazón casi salía cuando escuchábamos gritos de “¡epa, epa!”, nos adentramos una 20 m, hasta que el tubo doblaba y permitía tragarse la luz. Unos no supieron cómo correr y se llenaron las botas de agua y otro par no aguantó la ansiedad y encendió un cigarro, qué poca inteligencia, en fin, yo estaba mega alarmado cuando advertí que Hamilton no se había metido en el tubo de drenaje :O OK, me quedé como en estado de shock porque ni idea de qué había pasado afuera, a quiénes habían agarrado y qué sería de su paradero. Quería salir pero, sería inútil en ese momento, debíamos aguardar…
Cuando creímos era propicio salir, nos armados de valor y, voilà, no había ‘moros en la costa’, sólo una chica con cara de trauma, sin saber con certeza dónde estaban sus amigos, pero creía que habían subido a la colina, junto a Hamilton. Como era obvio, hacia allá nos direccionamos sin pensarlo, pero, mis compañeros de drenaje sí continuaron, hasta ahí supe de ellos. Todo obscuro, y apenas susurrando sus nombres fue que se mostraron, ¡¡¡qué emoción, estaban todos!!! Las víctimas habían sido unos tres con poca habilidad :p
Ya éramos 6 (mi número favorito by the way), los que continuaríamos con la travesía, Ricardo, la que infiero era su novia, dos amigas de ellos (estudiantes de Biología), Hamilton y yo. Con la música de los opening nos arrastramos una vez más, esta vez hasta la cabañita que está al lado de la laguna.
Seguimos caminando, bajando caminitos, y empezó a lloviznar, nos topamos con unos panas que ya estaban bastante happy, hasta nos regalaron la bolsa de hielo que les había sobrado (la desechamos en el acto, ewww!), esos panas decidieron bajar al área de las piscinas, donde había una carpa de seguridad, aunque de ahí se veía el espectáculo de música, la parte trasera del escenario o los que sí habían pagado sus entradas; tomamos una foto y seguimos caminando, con la fuerte convicción de que lograríamos llegar al concierto en sí.
La música de esos teloneros no estaba mal, de hecho era la propicia para la aventura que estábamos viviendo y la llovizna, permeada por los pinos típicos de Sartenajes, nos refrescaban lo necesario. Hasta el momento yo feliz.
Más de una vez tuvimos que decidir si derecha o izquierda, si subir o bajar, si piscina o gym y, por supuesto, cuál de los hombres se atrevería a bajar e inspeccionar el camino, a punta de luces de celulares y una mini linterna de mano, nos íbamos adentrando en lugares que aseguro ninguno de los presentes habría pensado en hacer, o al menos no con la mente clara y tipo relajada, supongo que todo era producto de estar en semana 9 y, obviamente, nuestra principal motivación, Guetta.
Luego de varios: “por aquí; oops, me resbalé; estoy bien; no mejor por aquí; agárrense de este árbol; epa, éste tiene espinas; etc.”, llegamos a la primera zona plana en hora y media, sí, llevábamos 90 minutos aproximadamente metido en el monte, ya nuestra ropa no era ni el recuerdo de lo que fue al llegar al valle.
Estábamos justo en frente del gimnasio cubierto, caminando cuando, OH MY GOODNESS, todo se detuvo, nuestra respiración se cortó y nuestro corazón se aceleró para luego detenerse, era David Guetta, a las 12:22 a. m., diciendo con su marcado acento parisino: “Hola, Venezuela, buenas noches, estoy muy feliz de estar aquí esta noche, mi español no es muy bueno. Estoy feliz de estar con las mujeres más bellas del mundo, ¿o no?” No recuerdo que dijo en español y qué complementó en inglés, pero todos nos quedamos quietos escuchando, cada quien en donde estaba, hubo abrazos de emoción, ya por el hecho de haberlo podido escuchar por la cercanía que teníamos del escenario había valido la pena los rasguños que descubriría en mis manos a la luz del sol esa mañana del 18 de noviembre de 2010.
No lo podíamos creer, estábamos a unos 10 m del gimnasio y, nosotros creíamos que llegar a él supondría la victoria y con ella podríamos entrar como si hubiéramos pagado unos 800 Bs.F. Ahí fue donde duramos más, porque bajamos a unas palmeras a resguardarnos de las miradas de cazador furtivo que tenía los guardias de seguridad contratados por Evenpro, con sus linternas maquiavélicas, desnudándote al mundo como el criminal que eras…fuck it, igual nos quedamos ahí, la música se escuchaba inconmensurablemente perfecta, sin palabras en otro idioma para describirla. Ahí nos topamos con una parejita de unos 19, que se rebuscaron en la oscuridad de la noche, con las hormonas de adolescente que amenazaban con irse para no volver y la excitante música que proponía llevar los sentidos al clímax sin remordimientos.
Nosotros seguíamos ahí, escondidos en la misma palmera, ella, quien testigo de nuestros minutos más fuertes, donde terminaría todo, por decirlo de alguna manera. Cada quien en posición de “¡¡¡qué no me vean!!!”, duramos unos veinte minutos, calculo, aunque, la verdad, hace rato que había perdido la orientación del tiempo.
Hamilton se negaba a sentarse en la grama mojada, hasta que la prolongación de nuestra estadía lo obligó, el resto, incluyéndome, estaba instaladísimo en su palmera. Veíamos pasar a los guardias de este a oeste; veíamos como agarraban a estudiantes furtivos, nos alumbraban pero no nos veían. Nosotros ya no estábamos tan convencidos de que lograríamos salir de ahí sin ser atrapados y, mucho menos, llegar al campo de fútbol.
‘Inevitablemente sucedió lo inevitable’, tres (3) guardias se encaminaron hacia nosotros, hasta que nos pasaron por un lado, a sólo 50 cm de distancia, de hecho pensé que se tropezarían… Yo lo vi todo, mi vida en el suelo, siendo llevado a la cárcel de El Rodeo, expulsado de la universidad, siendo desterrado de mi familia, sin apellido, cual bastardo, vejado por la seguridad nacional, mis posibilidades de seguir alcanzando el éxito se habían reducido a unos centímetros, a cincuenta (50) centímetros… todo pasaba tan lento, dejamos de respirar y lo único que se podía escuchar eran sus pasos acechándonos, era como el final de la mega saga de SAW (mal traducido, El Juego del Miedo), “GAME OVER”, pasaron no sé cuántos segundos, como unos 90, pero ¡qué fueron los 90 segundos más largos de todos… O sea, nosotros, en nuestra gigante inocencia pensábamos que si no nos movíamos ni respirábamos no nos notarían, ellos nos pasarían por un lado de vuelta y nos iríamos felices como si nada… pero NO, sus linternas nos apuntaron y gritaron, delataron e insultaron, se burlaron y hasta nos escupieron, fueron las linternas más insensibles del mundo entero, las peores. No recuerdo con exactitud cómo nos abordaron los guardias, fue algo así como: “bueno, bueno, párense”, lo más cómico fue que sin haberlo planificado, pusimos cara de sueño, como si lo que hacíamos ahí era dormir, como si aunque habíamos comprado nuestras entradas de música electrónica de Guetta, nos fuimos a unas palmeras en el backyard, para dormir un rato, de lo más inocente. Lo bueno fue que ni nos tocaron o hablaron feo, sólo les seguimos, como víctima a su verdugo, sin decir ni una palabra, hasta que Hamilton osó a crear el siguiente diálogo con la chica de seguridad de unos 18 años:
-¿A dónde vamos?
-A la salida
-¿Y tú eres mayor de edad? :O
- (risas) Sí
-¿Y ustedes están contratados por Evenpro?
-(sonrisa) Sí –creo que él se levantó a la muchacha.

Ya estando de vuelta, abajo, a la realidad, sin creer que de verdad habíamos pasado dos horas y picos en una de las aventuras más alocadas, nos dirigimos a QYP (edificio de Química Y Procesos) para lavarnos la cara y fue cuando casi entramos en shock¸ nuestra ropa había huido y nos habían dado a cambio sólo coletos, sólo trastes, era deprimente, pero no había mucho que hacer.
Nos devolvimos, y escuchamos el final del concierto, aunque no se escuchaba con la misma potencia no volveríamos a intentar colearnos ni que nos lo propusieran de nuevo, o sea, ¡NO!, creo...
El pana que yo estaba esperando ver nunca apareció ni contestó su celular, ni el que esperaba Hamilton, así que nos fuimos a descansar a la sala de lectura de Mecánica, hasta que fueron las 7:00 a. m. y, estando él despierto, me contó cómo se había encontrado con su amigo y le había contado su propia experiencia y, por supuesto, vídeos del concierto.
Así, todos zarrapastrosos nos fuimos al comedor y fue cuando me encontré a Luis, quien sí logró entrar, y hasta en preferencial se coló, ¡qué suerte! pero, ¿cambiaría yo, esa experiencia que acababa de vivir por la de él? Sí, no voy a negar que haber escuchado el concierto desde la zona Preferencial suena muy, muy tentador pero, nadie podrá quitarme lo que, quizá, pueda ser lo más cercano que Armstrong Santana pueda experimentar así en plan criminal, así que NO, no cambiaría tal experiencia.
¿Qué nos impulsa a hacer algo? ¿Una sólida planificación; una estrategia cautivadora; una idea innovadora; una voz persuasiva; o simplemente es el momento, el lugar y la situación que lo propicia todo? ¿Qué nos sataniza como monótonos, y qué nos clasifica como espontáneos y dinámicos? Quizá todo o tal vez nada.
Creo que estamos en constante cambio, no podemos quedarnos estáticos, con nuestros cuerpos y pensamientos inertes, somos seres dinámicos, pero dependerá de nosotros cuánta emoción queramos inyectarle a nuestra corta y única vida.
Aunque sí, la sociedad importa y vivimos con necesidad de aceptación, a diferentes niveles, debemos actuar en base a nuestra salud mental y emocional, porque al final del día cada quien vive su experiencia, aprovecha de ella lo que y cuanto le plazca, y con la perspectiva y hasta la dirección que le venga en gana.
David Guetta rocks!!!

N.A.: *Caminos verdes: forma de llegar a un punto evadiendo lo legal, convencional y/o burocrática (definición de autoría propia).

Y el ciudadano... ¿de qué va?



Hace unos días fui de compras al supermercado con mi madre; ya al terminar, la cajera estaba pasando los productos por la máquina, y ésta marcó un precio diferente al que decía el empaque. Mi madre le hace la acotación a la cajera, la cual procede a llamar a su supervisor; la respuesta del mismo fue que él se guiaba por lo que decía el código de barras y no por lo que estaba en el paquete, porque a veces los mismos clientes le quitaban el papelito a un producto y se lo ponían a otro —pero que él no estaba insinuando que nosotros lo habíamos hecho— que a veces el papelito se despegaba y caía en otro producto (una cosa increíble lo que se inventaba el hombre). Ahí entré yo, y le dije que él no podía tener un precio en el código de barras y otro en el empaque, que eso era ilegal y penado por la Ley, y lo invité a que se cerciorase que el producto no tenía el precio "recién puesto". Él empezó a quitarle el precio; así que le dije eso tampoco estaba bien, que cada producto debía tener el precio, que también lo decía la Ley. A todas estas, el hombre me dejó con la palabra en la boca; y una mujer que estaba detrás de él, en el espacio de vinos (como co-propietaria o algo así tenía pinta de) empezó a balbucear. Aún con un habla calmada y polite le dije a la mujer:
–Señora, disculpe, sencillamente no está bien, no es lo correcto, ¿vale?
–¿Ah, en este país vale? —con una voz de desdén y descaro.
–Por supuesto que vale, claro que vale...
Con todo esto nos fuimos del supermercado, obviamente sin comprar nada. Al llegar a la casa lo primero que hice fue llamar al 0800-RECLAMA (0800-7325262), hice mi denuncia y me indicaron que enviarían a un inspector delInstituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (INDEPABIS).

¿Qué debía hacer yo?, ¿qué opciones como usuario tenía yo?, ¿acaso soy un funcionario del INDEPABIS, o por el otro lado un malandro? No iba a rebajarme a pelear con seres incapaces de llegar a un diálogo, escuchar a un usuario (cliente frecuente donde solía hacer el mercado) o al menos tratar un mínimo de educación; tampoco iba a hacer un show porque sencillamente me parece bajo, no vale la pena y siempre hay otros medios. Por consiguiente, hice la denuncia al ente correspondiente y ya queda de parte de ellos, porque tampoco iba a sus oficinas a llevarlos para cerciorarme que fueran y multaran al establecimiento. No puedo negar que estaba muy enfadado y me entró mucha ira cuando me preguntó si en mi país, Venezuela, valía; como si no vale tener respeto y honestidad por el usuario.

Lo que quiero decir es que siempre vamos a ser víctimas de atropellos por cualquiera, en cualquier lado a cualquier hora, pero lo que marcará la diferencia será la manera en que reaccionemos a esto. Debemos aprender a utilizar los medios idóneos y enseñarle a nuestro prójimo, a través de nuestra actitud. Pero más importante aún es que ACTUEMOS, sí. Yo no sé si realmente fue in inspector del INDEPABIS a ese supermercado, no sé si ellos se habrán enterado que los estaban multando porque un usuario montó tal denuncia, partiendo por el supuesto que los hayan multado y no por contrario que hayan cedido al soborno, pero, ¿sabes? yo actué, al menos no quedó de parte mía, y no tienes ni idea de lo satisfactorio que se sintió; fue una sensación de poder, como si acababa de accionar el botón de: "Multar Establecimiento Abusador" ¡BAM!


El otro día venía en un bus camino a mi casa. Como ya se ha hecho costumbre, O.N.E. y Area Club se quedaran gafas del volumen que traía, aparte que ya el conductor advertía que la ruta no llegaría a su destino final sino a unas 20 paradas anteriores. Apartando eso, —que como acabo de decir ya se ha hecho costumbre y muchas veces lo dejamos pasar— se suscitaron una serie de hechos que me dejaron estupefacto. El chófer empezó a fumar, sí, a FUMAR, o sea, en pleno transporte público; y el copiloto se bajó en una parada "rápidamente" a comprar un par de cervezas. Ya va, yo de verdad, literalmente tenía la boca abierta, no podía con tanto. Pero, ey, estas no son el resto de las "irregularidades", porque la velocidad que traía el hombre era una vulgaridad y, transporte público al fin, nos traía como 'cochinos en un camión'; como era de esperarse, con el volumen de tal ruido (música [reggaetón]), el chófer no podía escuchar las demandas de paradas, por lo que un par de viejitas de unos 80 años, aproximadamente, tuvieron que bajarse en la siguiente parada, gracias a que, por lo menos, un grupo de pasajeros empezó a gritarle al mismo que se detuviera; la misma escena se repitió con una mujer embarazada e hijo en brazos, pero el chófer nunca accedió a bajar el volumen de su reproductor de música (una chicharra es la sonata más delicada de Beethoven en comparación con ese perol).
Al final, el conductor decidió, por deseo propio, realizar la ruta completa.
O sea, yo estaba realmente en shock, porque sí, vivimos "vicisitudes" en el día-día con el transporte público pero... ya eso fue otro nivel. Yo listaba todo lo que había vivido en ese trascurso y... ¡qué fuerte! El perol sonando+el chófer fumando+el copiloto bajándose a comprar cervezas y bebiéndoselas en plena unidad+la velocidad con efecto Cochino con Ataques Epilépticos+sin contar el aspecto que traían y la contaminación ambiental y sónica que causaba el tubo de escape.
Yo salí casi que corriendo del bus de mis pesadillas, pero antes tomé nota de el número de unidad, placa y descripción del mismo, marqué al número de emergencias, me transfirieron a Tránsito e hice mi denuncia. El que tomó la misma me indicó que enviarían una unidad y se harían cargo.
Tampoco sé si los habrán encontrado, si el chófer le habrá sobornado o si sólo habían hecho el paro de tomar mi denuncia y seguirían viendo videos en youtube, pero yo actué, y me dio satisfacción, sentía como si acababa de accionar el botón de: "Multar Bus Abusador" ¡BAM!

Éstas han sido mis acciones de denuncia más actuales, cada una tiene su toque de OMG, ¡qué fuerte, no lo creo! Pero el chiste va en ACTUAR, no en seguir en el mismo círculo vicioso de:
1) A ataca a B.

4) C se molesta, "país shit", se frustra. 2) B se molesta, "país de shit", se frustra.

3) B ataca a C, porque es el Común Denominador.

A C T U A R
C
T
U
A
R


Es muy fácil, se trata de hechos y menos críticas, menos quejas. Alguien me decía: "deja de quejarte siempre que es fastidioso", y de verdad que lo es, me aburre la gente que al menos en un minuto dice una queja... no, no, no, ya entiendo lo que es, por eso trato de ya no caer en ese defecto.

Los que han tenido la oportunidad de estar en un país developeado (desarrollado), sabrán que sí es posible el progreso, que si ya no se nos llama Países del Tercer Mundo sino en Vías de Desarrollo es por eso, porque vamos en vías de, sólo que por problemas eléctricos este tren va a paso de vencedor.... Realmente podemos desarrollarnos, cada uno de nosotros, y 2+2=4 si cada uno empieza a desarrollarse... DO THE MATH, habremos salido adelante... Sí, no es difícil hacerlo, es dificilícimo, casi imposible, ¡pero sí se puede!
No temamos hacer uso de nuestros derechos, cumplamos con nuestros deberes, creamos en la frase de "Tus derechos terminan donde comienzan los míos", es decir, si es tu derecho escuchar música, es el mío tener un oido sano, con tímpanos; documentémonos con las actuales leyes (sé que con el ritmo de: cada minuto es una ley y, si ya sacaron el Ministerio del poder popular para el Rescate de los Mineros, entonces por ahí debe haber una ley nueva), para exigir hay que saber lo que demandamos, con bases sólidas y pruebas. A los prestadores de servicios les asusta cuando les hablas de lo que dice el artículo tal de la ley tal, se quedan como que WOT? Pero resulta, yo lo he comprobado en varias oportunidades.

Ya sabes, ¡HAZ, Actúa!

Procrastinando un poco... tipo normal


Según el Diccionario de la Real Academia Española (D.R.A.E.), Procrastinar es "Diferir, aplazar". Otras fuentes dicen que la Procrastinación es la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables.

Ahora bien, ¿qué es la procrastinación en hecho reales? Pues se trata de que en vez de estar terminando un proyecto de Técnicas de Investigación Gerencial, el cual debe ser entregado pasado mañana, o quizá estar durmiendo, estoy escribiendo sobre una patología que padezco. Sí, es un trastorno de comportamiento, es algo grave (bueno, como todo, tiene sus niveles de gravedad, que si es más leve o tipo crónico). De hecho, creo que todos somos o, los más enfocados, sólo han sido, procratinadores en algún momento de su vida. Afirmaría 100% seguro (basándome en la teoría bíblica de que todos somos imperfectos), que tú, que has leído hasta aquí, conoces a al menos una persona (por no decir que tú mismo) que ha postergado las cosas.

Me pregunto, ¿por qué seremos así? Bueno, el porqué en realidad no es tan relevante, podría decir que es por la imperfección y el pecado adánico, y caso cerrado pero... lo que realmente me interesa saber es por qué no lo minimizamos. En estas dos décadas de vida, he escuchado, en reiteradas ocasiones, que deje de hacer algo y me ponga a hacer otra cosa más importante. Quizá cuando era un niño podría alegar que era distraído y que tenía problemas de concentración, chévere, pero ahora que he crecido, que he alcanzado un mínimo nivel de madurez, ¿por qué siento que no priorizo las cosas, al menos no tanto? ¿Habrá una cura? Bueno, según el periódico chileno La Tercera, existen cuatro (4) tipos de procrastinadores:

Evitadores: intentan retrasar lo más posible el tener que hacer alguna tarea que les desagrada.

Indecisos: se les pasa el tiempo pensando distintas alternativas para hacer un trabajo.

Adrenalínicos: su estilo de trabajo es bajo presión, con la adrenalina de sentir encima el plazo fatal.

Baja autoestima: dejan todo para el final para tener una excusa si el resultado es pobre. Así protegen su frágil autoestima.

En fin, la cosa esta de estar por ahí por la vida postergando las cosas como quien no quiere la cosa es tratada psicológicamente, lamentablemente no puedo ir a la farmacia a comprar una pastillita para que se me quite esto. En teoría, debería pagarme un psicólogo pero... jajaja, mientras escribía lo de que "debería pagarme un psicólogo" me acabo de dar cuenta que la respuesta a porqué no voy a un profesional es... PORQUE LO ESTOY PROCRASTINANDO. Porque si alego que es que 'no tengo para pagarlo', entonces alguien me puede refutar conque en la universidad hay psicólogos muy bien cualificados para ayudarme; si decía que era por 'tiempo', entonces me diría que priorizara (lo cual es un círculo vicioso porque, justamente ése es mi problema). En fín, quizá y hasta decida y todo ir a que me echen una mano con esto.

Genial, la cosa ésta es psicológica, sé cómo es tratada pero, ¿cuáles son los daños que acarrea? Pues, depende (como me dice un profesor "depende", siempre todo depende), y sí, va a depender de cuán crónica esté avanzada y de cuánta envergadura sea lo que estoy postergando.

Por ejemplo, con el proyecto de Técnicas de Investigación Gerencial, ya supracitado... ¿qué pasa si no me pongo a terminarlo? Primero, hay que acotar que lo tengo, como se diría coloquialmente, "en pañales". Segundo, es para pasado mañana. Tercero, de la entrega del mismo depende que apruebe la materia. En el caso hipotético en que me lance a la cuasi-extrema vagancia, y no entregue nada y, como es obvio, repruebe la materia... pues..

1.- ¡Qué pathetic! O sea... no, no, no puede ser.

2.- Si me lanzo por la vía del 'qué dirán', entonces quedaré como el estudiante irresponsable. Lo pensarán tanto mis compañeros como mi profe.

3.- Si me voy por la parte académica, pues aunque ahorita me bajará el promedio, y luego la pasaré (seguramente con buena nota), quedará en mi Histórico de Notas, eternamente, que reprobé esa materia.

4.- En vez de inscribir otra materia tendré que ver esta, de nuevo, lo cual retrasará mi acto de grado.

5.- Dios, sería perder el tiempo. Eso como visión corta, porque si lo maximizo conlleva otras consecuencias consigo.

En resumen, sería la idiotez más grande no entregar el proyecto y reprobar la materia.

Habiendo utilizado la culminación y entrega de mi proyecto como un triste ejemplo de procrastinación, se puede constatar que atrasar las cosas y dejarlas para luego no es lo más correcto que digamos. Claro, tampoco hay que ir por ahí, afanado, sin "vivir" la vida, porque "todo a su debido tiempo", "el tiempo de Dios es perfecto", "hay tiempo para todo" y blah-blah.


Lo triste de la procrastinación (aparte de las consecuencias que conlleva), es que tiene un trasfondo. Sí, es que postergamos y postergamos nuestras tareas/deberes/obligaciones/etc. porque tememos enfrentar algo, algo realmente trascendental en nuestra vida, y en la mayoría de los casos lo hacemos de forma inconsciente, sin siquiera saber porqué.

Tomando el famoso proyecto no culminado de Técnicas de Investigación Gerencial como muy conveniente ejemplo en esta Entrada del blog, podría decir, quizá, que: No quiero entregar el proyecto, porque quiero reprobar. ¿Por qué? Porque quiero verla el trimestre siguiente. ¿Por qué? Porque quiero retrasar/alargar mi graduación. ¿Por qué? Porque no quiero dejar de estudiar y enfrentarme, de nuevo, a la vida laboral. ¿Por qué? Porque ya no gozaría de las hermosas dichas de ser un estudiante y de sus beneficios, como, entre otros, el constante y actualizado conocimiento diario, ofertas para hacer cursos y encuentros en otras universidades, tanto a nivel nacional como internacional, sino que tendría que enfrentarme al agobiante mundo laboral, con todas las obligaciones y responsabilidades tácitas en ella.

Claro, todo esto es un supuesto, nadie anda diciendo que yo le tema al trabajo (tampoco alguien lo está negando). Lo interesante es darse cuenta de que esto no es un hecho aislado, por el contrario, tiene miles de repercusiones importantes en nuestra vida, que debe ser tratado y, que hay que darle la importancia que amerita.

Dios, ¡qué complicada hacemos la vida! Aunque... ahora que lo pienso, puedo basarme en eso de que "nos complicamos la vida innecesariamente" y luego decir que mejor no pienso en nada de procrastinaciones, y me hago el loco, y quizá no haga ningún proyecto este trimestre. Bueno, vaya usted a saber qué decisión tomaré hoy, cuando me levante, en unas horas, partiendo de que son las 4:10 a. m.

a) I Love Procrastination.

b) I Do Not Love Procrastination.

¿Introduciéndome?


Pues sí, ésta viene siendo mi primera vez. desde la invención de la Internet, han venido con ella miles de despliegues, correos electrónicos, salas de chat, redes sociales, foros, y esta super idea: El Blog. Es genial, eres dueño de este espacio, lo leen quienes quieran y si no, X, lo ignoran. Te desahogas, promueves ideas y hasta puedes obtener una retroalimentación... ¡es super!
Ahora bien, ¿con qué tema introducirme? Debería ser un tema que capte la atención de alguien más que yo, algo ingenioso, quizá revolucionario... pues no, hablaré sólo de los logros de las personas y lo subjetivo que esto es.

La sociedad nos impone qué es lo correcto, basándose en "lo normal", La Biblia, la familia, el país con sus costumbres y un montón de ideas. Es totalmente correcto que sin este montón de ideas preestablecidas de lo que está bien o lo que es condenado, viviríamos en un caos (si es que aún existiera la raza humana). Ahora bien, ¿está OK que sigamos todas estas reglas sin siquiera cuestionarlas?
Otra cosa curiosa es que no sólo nos limitan lo qué debemos hacer o anegar/rechazar/aborrecer/eliminar/renunciar sino que también nos colocan una escala para que te puedas ubicar, para que tú y tu alrededor pueda criticar si estás el el top, o ahí-ahí o si das pena.

Si en el centro de estudios donde me estoy preparando, la escala de calificación es 1-5 , donde 3 es la aprobatoria... ¿qué pasa si siempre obtengo eso, TRES, soy el estudiante mediocre? Ah, pero si soy el afortunado acreedor de infinitos cincos, ¿soy un dios? ¿O seré el estudiante promedio, tipo bien, que se esfuerza y blah-blah pero no va más allá, sólo por tener cuatros? El mundo tiene más etiquetas preparadas para ti que ganas de salvar la tierra en la que viven, nuestra Tierra. Por eso no me preocupo mucho por el qué dirán. ¿Qué pasa si con un promedio de 3 sé más que la mayoría? ¿Ah, es que mi conocimiento viene dado de la comparación con el de los demás? Pues NO. Sé lo que sé, desconozco demasiadas cosas, lo cual me emociona, porque tengo miles de razones para vivir, hay tantas cosas por aprender, descubrir, sentir. ¡Qué triste sería saberlo casi todo, sin poder sorprendernos! Una vez leí algo que decía así como que lo único que necesitamos para ser filósofos es no perder la capacidad para sorprendernos cada día con las pequeñas cosas de la vida, como los niños (la mayoría que no vienen tan afectado por las hormonas pollísticas)

¡Estoy decidido a vivir feliz y en paz con la sociedad y con Dios!
¿Quién no?: euh... OK. ¿Quién también?: euh... OK.